PENSAMIENTO COMPLEJO DE EDGAR MORIN
El conocimiento debe utilizar la abstracción, pero este también debe buscar construirse con referencia a un contexto y, por ende, debe movilizar lo que el consciente sabe del mundo. La comprensión de datos particulares, sólo es pertinente en aquel que cultiva su inteligencia general, que moviliza sus conocimientos de conjunto en cada caso en particular.
Es posible conocer todo acerca del mundo, así como también, aprender sus multiformes transformaciones, puesto que en el contexto de nuestra época, todo conocimiento político, económico, antropológico, y ecológico es el mundo mismo, esto es una necesidad intelectual y vital al mismo tiempo.
El pensamiento complejo, no es en ningún caso un pensamiento que rechace la certeza en beneficio de la incertidumbre, que rechace la separación en beneficio de la inseparabilidad, que rechace la lógica para autorizar todas las transgresiones. El procedimiento consiste, por el contrario, en una ida y vuelta incesante entre certezas e incertidumbres, entre lo elemental y lo global, entre lo separable y lo inseparable. No se trata de abandonar los principios de la ciencia clásica (orden, separabilidad y lógica), sino de integrarlos en un esquema que es, al mismo tiempo, más amplio y más rico. No se trata de poner un holocausto global y vacío a un reduccionismo sistemático; se trata de incorporar lo concreto de las partes a la totalidad. Hay que articular los principios de orden y de desorden, de separación y de unión, de autonomía y de dependencia, que son, al mismo tiempo, complementarios, competidores y opuestos en el interior del universo.
En resumen el pensamiento complejo no es lo contrario del pensamiento simplificante, él integra éste último: como diría Hegel, éste opera la unión de la simplicidad y de la complejidad e incluso se complementan y hace finalmente aparecer su propia simplicidad. En efecto, el paradigma de la complejidad puede ser enunciado tan simplemente como el de la simplicidad: mientras que éste último impone desunir y reducir; el paradigma de la complejidad nos empuja a encadenar distinguiendo.
El pensamiento complejo es en esencia, el pensamiento que integra la incertidumbre y que es capaz de concebir la organización, que es capaz de encadenar, de contextualizar, de globalizar, pero, al mismo tiempo, de reconocer lo singular y lo complejo.
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