viernes, 27 de abril de 2012


REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DE EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD RÒMULO GALLEGOS
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
VALLE DE LA PASCUA-ESTADO GUÀRICO







REFLEXIONES DE LA TRANSDISCIPLINARIEDAD.








AUTORES:
Bravo Edelin
Loreto Trina
Ponte Maryuri
Quintana Carmen
Requena Maritza
Rubin Vilma
Sanchez  Aida
Silvera María 
C.I. 15.220.015
C.I.   8.790.546
C.I. 11.365.909
C.I.   9.917.342
C.I.   8.552.059
C.I.   3.951.883    
C.I.    8.570.462
C.I.  13.680.720

FACILITADOR:                                                                                     

Dr. Jorge Luis España                                                                       















                                
Transdisciplinariedad, Educación Superior y De Postgrado



            El hombre primitivo, desde épocas remotas ante la inmensidad de la naturaleza y los misterios que se le presentaban, se vio obligado a construir intuitivamente explicaciones sobrenaturales sobre lo que no entendía y con ello creó las primeras concepciones del mundo, es decir, los mitos, la magia y la religión, sustentadas en el miedo, la intuición, la fe o el principio de autoridad.
Históricamente la interdisciplinariedad ha surgido como resultado de dos motivaciones fundamentales: una académica (epistemológica) y otra instrumental. La primera tiene como objetivo la reunificación  del saber y el  logro de  un cuadro conceptual  global, mientras que la segunda, pretende investigar multilateralmente la realidad, por el propio carácter variado, multifacético y complejo de la misma y  la necesidad de obtener un saber rápidamente aplicable, en consonancia con la creciente interrelación entre Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS).
         
  Los orígenes  de la interdisciplinariedad datan de la antigüedad, pero no nos referiremos a ello en este contexto. Sólo apuntaremos que su renovado impulso a partir de la segunda mitad de este siglo ha traído consigo  la generalización de formas cooperadas de investigación, la producción de   cambios estructurales en las instituciones científicas  y  universitarias, así como nuevas relaciones entre ellas; la sociedad  y los sectores productivos.

Cabe señalar que Con el transcurrir del tiempo se fue imponiendo la razón como la principal fuente de conocimientos confiables y la asociación en comunidades como la mejor forma de sobrevivir. Pero la  de satisfacer cada vez mejor la escasez  de materiales básicos condujo a la división de los trabajadores en manuales (es decir, los que hacen el trabajo físico) y trabajadores  intelectuales, o sea, quienes por suerte o por mayor habilidad se hacen propietarios del principal medio de producción (la tierra) y explotan a los demás. Esto fue el inicio de una progresiva subdivisión no solamente del trabajo humano sino del saber mismo, a la conformación de oficios, profesiones y disciplinas, cada vez más específicos.

La creciente  complejidad de la sociedad humana ha ido  generando   un   conjunto ascendente  de problemas cuyas soluciones no pueden lograrse con enfoques individualistas y disciplinarios aunque ellos sean de la más alta calidad. Así sucede con cuestiones como la contaminación ambiental, las guerras, la pobreza o la delincuencia. Para enfrentar tales problemas se han creado, a través de los tiempos, las teorías y las doctrinas políticas pero, para resolverlos eficientemente, son necesarios los enfoques científicos y técnicos.
En la Grecia antigua se conforma otra concepción del mundo, la Filosofía, la cual se centra en la reflexión y la razón, la integración de todo el saber humano, como ciencia de las ciencias, como conjunto de todos los conocimientos supuestamente verdaderos (o episteme), distinto de las opiniones (odoxa). Esta posición es retomada por los enciclopedistas de la Revolución Iluminista del siglo XVII y, posteriormente, nuevos movimientos aparecieron intentando buscar la unificación del saber o, en su defecto, lo que hay en  común entre las ciencias.
En los primeros tiempos de la Edad Media se dividió la Filosofía en dos campos: la Metafísica que incluía la actual Filosofía, la Teología y la Lógica (o sea, las disciplinas cuyas proposiciones no pueden ser verificadas empíricamente) y, por otra parte, la Filosofía Natural, o conjunto de lo que hoy llamaríamos  ciencias materiales o duras. Por otro lado ya aparece también

Esta reflexión explica la realización, a nivel mundial, de numerosos eventos sobre tal temática y muy particularmente el Primer Congreso Mundial sobre Transdisciplinariedad, encuentro llevado a cabo en Portugal en 1994, organizado por un grupo de científicos y filósofos europeos encabezados por Edgar Morín, Basarab Nicolescu y Lima de Freitas. El mismo culminó con la llamada «Declaración Transdisciplinaria» (PCMT, 1994), la cual ha generado un movimiento intelectual entusiasta por cuanto este enfoque se plantea como «una nueva visión de la naturaleza y de la sociedad», más concretamente, como una actitud de mente abierta que atraviesa, trasciende y va más allá de la visión disciplinaria o especializada predominante entre los profesionales de nuestro tiempo.
Esta ambiciosa propuesta ha generado muchas expectativas, pero también muchas interrogantes, porque la Declaración expresa, entre otras cosas, que «no es una nueva religión, ni una filosofía, ni una ciencia de las ciencias» pero no precisa si es un enfoque epistemológico, una metodología científica o una ciencia, para mencionar algunas posibilidades. Por otra parte, las aplicaciones de esta idea en la docencia y en la investigación científica en América Latina son, hasta ahora, muy escasas por el carácter conservador de la mayoría de nuestras universidades y universitarios, y porque no todos los componentes de este enfoque son de fácil implementación.
Todo esto explica el interés constante de muchos académicos por continuar el debate sobre esta materia,  al cual queremos sumarnos hoy en actitud crítica.
En este sentido Víctor moles trasciende los enfoques sociales de una sociedad que no solo capacite  al hombre  bajo una visión capitalista o humanista al contrario que el profesional tenga una actitud de mente abierta, y que  trascienda debe ir  más allá de la visión disciplinaria o especializada predominante entre los profesionales de nuestro tiempo, por el contrario donde se crea  una visión  tomando en cuenta la naturaleza  y la sociedad.
Es preciso ir poniendo en marcha o  consolidando  algunas ideas donde se conformen  un conjunto de enfoques metodológicos que son complementarios y útiles para el estudio de realidades complejas, así como para el diseño de planes de estudio Si se quiere utilizar tales herramientas para mejorar la educación superior, y muy especialmente los estudios de postgrado, universitarios.  


En este trabajo se analiza la transdisciplinariedad como un enfoque epistemológico de
Aparición reciente que puede ser útil en el estudio y solución de algunos problemas sociales, científicos y técnicos complejos. Se presenta una visión histórica para destacar su origen y trascendencia y se le relaciona con el proceso de desintegración del saber y con otros enfoques tales como la multidisciplinar edad, la interdisciplinariedad, el holismo, el positivismo y el método dialéctico. Se destaca que la creciente desintegración del saber se ha ido reflejando en la organización y en los planes de estudio de las universidades y se concluye con algunas sugerencias que pueden permitir a los institutos de educación superior de América Latina, sobre todo en sus estudios de postgrado, involucrarse en problemas complejos utilizando enfoques metodológicos novedosos y complementarios.

 El autor propone que las instituciones actuales deben dejar la formación laboral para las escuelas o institutos profesionales especializados y convertir las universidades  en ambientes   donde   sus participantes estén dedicados exclusivamente a la docencia de alto nivel y a la producción intelectual (científica, técnica y humanística).
En otras palabras las universidades deben ir cambiando las viejas concepciones  académicas para así sustituir las anacrónicas docencia, investigación y extensión por,  respectivamente,  educación superior, producción intelectual y acción social.  Promover la formación integral de los profesores y estudiantes universitarios, de manera que todos reciban  permanentemente formación especializada y puedan desarrollar al máximo todas sus potencialidades (biológicas, intelectuales y sociales).

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